jueves, 9 de abril de 2009

Y aún no era abril...¡Es una oportuna aclaración!

No me resulta dificil recordar que una tarde de esas que volvia de clases, muy calurosa por cierto, encontre a una pequeña niña,sentada lejos del asiento reservado del bus, increíble coincidencia. Esta contemplaba por la ventana el atardecer con una inédita concentración. Repentinamente, luego de unos minutos de sentarme a su lado, empezó a contarme incontables anécdotas de su corta vida, las cuales resultaron ser algo inverosímiles, pero a la vez interesantes y hasta entretenidas. Esta nena tenía una imaginación increíble, aunque ciertas cosas,como encuentros y conversaciones con amigos,familiares y hasta amistades, no se le venían rápidamente a la mente con los detalles que hubiera querido tener en cuenta en la charla,sí solia recordar fácilmente nombres y uno que otro rasgo característico de cada uno de ellos.

Una de las historias que más me impresionó fue aquella en la que relato cómo y dónde encontró a un niño, de esos que no es muy fácil encontrar,era un par de años mayor que ella, y la impresiono en demasia con el paso de los dias. Me contaba que, desde la primera vez que hablaron, ella sintió que hubo una conexión mas que mística,espritual o religiosa entre ellos. Me confesó que por ratos se ponía algo nerviosa, pero que sabía que era imposible hacérselo notar, era la primera impresión, la más importante sin duda. Me decía que la conversación fue más que divertida, tenían tantas cosas en común, los dos amaban el mar, la playa, y todo lo derivado, la buena música, viajar(y si era de mochileros, a la aventura mucho mejor), estar en familia pero también separar momentos para disfrutar con los amigos. Además,me comentaba que el no le contó mucho de su también corta vida,se dedicó a hacerle una especie de interrogatorio y a hacerla reir de todo, hasta de sus propios errores al hablar, es que no conversaron precisamente en español. Me confió un 'secreto': este pequeño sujeto no le gustaba en realidad, al menos no hasta ahora(al parecer otra ya tenía su amor), solo le parecía un buen muchacho y hasta un leal amigo, pero tenía el presentimiento de que esta amistad algun día se acabe, por esas cosas de la vida ella pensaba que tal vez el destino les tenia algo preparado, que quizás el escondía algo en su mirada pícara y soñadora. Y fue así que ella dijo más o menos lo siguiente:

"Hoy quiero escribir…simplemente me apetece…se me antoja...estuve imaginando estos días cómo sería, que pasaría si estuviéramos tomados de la mano, si, de alguna forma, fuéramos solo una persona. Nos pensaba en alguna ciudad de Europa, tal vez Paris, o de repente, Venecia, o por qué no Madrid. Definitivamente, en un lugar maravilloso, una noche de lluvia y ambos vestidos de gala, él con aquella mirada osada y a la vez perdida en el espacio, el tiempo, el pasado, un poco en la realidad y otro tanto en el futuro, yo, con la sonrisa empapándome el rostro, con muchas ganas de bailar, y cantándole al oído...No creo que sea un tormento, ni tampoco un vaivén de dudas, más bien una inocente ilusión que nace en el viento
cuando se posa aquel extraño canario a escondidas, en un árbol cercano al sendero de un sinfin de aventuras de la traviesa golondrina
".

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